Aprecio mucho estos haikús, dosificados así, hoy uno, mañana otro, poco a poco y en pequeñas dosis. Son de buen saborear. Nunca he podido con un libro entero de haikús, me parece una pieza paradójica y barroca. Un conjunto de pequeños elementos simplísimos, bellos en sí, y que unidos, componen una pieza recargada.
Haciendo un símil, sería como una sortija ostentosa y rutilante, kitsch y pomposa, formada por un engarzado de diamantes, cada uno de ellos de muy bella talla. Salud Francesc Cornadó
Sí, los haikus son sonidos sueltos, aromas dispersos, colores que estallan de improviso. Tal vez la forma occidental de editorializarlos (con perdón por la palabreja) no les hace justicia. Pero debemos hacernos eco y ¿por qué no? cultivarlos. Eso es un signo del intercambio y del intento de aproximación entre culturas. Para mí es un ejercicio, aunque no creo que aporte mucho.
No vas descaminado en tu enjuiciamiento o símil, aunque los haikus más bellos son elemento, materia, sustancia, nada de elaboración pomposa. Los maestros de Japón nos ofrecen un repertorio amplio. Eso sí, para degustarlos sin acumulación ni agobio, como frutos sueltos de lenta digesta.
Aprecio mucho estos haikús, dosificados así, hoy uno, mañana otro, poco a poco y en pequeñas dosis. Son de buen saborear. Nunca he podido con un libro entero de haikús, me parece una pieza paradójica y barroca. Un conjunto de pequeños elementos simplísimos, bellos en sí, y que unidos, componen una pieza recargada.
ResponderEliminarHaciendo un símil, sería como una sortija ostentosa y rutilante, kitsch y pomposa, formada por un engarzado de diamantes, cada uno de ellos de muy bella talla.
Salud
Francesc Cornadó
Sí, los haikus son sonidos sueltos, aromas dispersos, colores que estallan de improviso. Tal vez la forma occidental de editorializarlos (con perdón por la palabreja) no les hace justicia. Pero debemos hacernos eco y ¿por qué no? cultivarlos. Eso es un signo del intercambio y del intento de aproximación entre culturas. Para mí es un ejercicio, aunque no creo que aporte mucho.
EliminarNo vas descaminado en tu enjuiciamiento o símil, aunque los haikus más bellos son elemento, materia, sustancia, nada de elaboración pomposa. Los maestros de Japón nos ofrecen un repertorio amplio. Eso sí, para degustarlos sin acumulación ni agobio, como frutos sueltos de lenta digesta.
Me gusta la presencia de lo intangible en lo tangible.
ResponderEliminarNo toda la sustancia humana se ve,se percibe, se palpa, pero está ahí, haciéndonos.
Eliminar(Esta noche dibujaré nubes.)
ResponderEliminar(Cojo el lápiz
Eliminary despliego el papel.
Las nubes bajan)
A veces dibujamos nuebes, otras soles y otras el paisaje en el que habitan nuestros sueños e inquietudes...
ResponderEliminarY muchas pero que muchas veces dibujamos enigmas.
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