Te doy la bienvenida como seguidor de mi blog, agradezco mucho tu visita. Compartimos el placer por la brizna poética del haikú. He visitado tu blog y me ha gustado mucho. Ahora, por una temporadita estaré ausente de la actividad bloguera pero, pasado el frío de este invierno, prometo salir de la hivernación y visitarte con frecuencia. Salud Francesc Cornadó
Francesc, bienvenido. Disculpa mi tardanza en contestar. El haiku es digno de ser coparticipado. Nada fácil de escribir (lo mío no dejan de ser ejercicios) y el haiku ante todo es un abandono. Cuando leo los clásicos del haiku me paro y dejo que me haga sentir. Puede ser un instante, pero lo suficiente. Nada fácil. Pero como la fragancia de una flor, es cogerla en el momento justo.
Ese cielo me parecía un haiku, Emma. No se ven todos los días, al menos desde mi espacio, por eso me postro ante él y, a mi manera, lo adoro.
Está bien mirar siempre hacia arriba. Incluso mirando al entorno, en el plano de mis ojos o hacia abajo, lo hago con sentido de elevación. Todo debe ser digno de ser alzado a nuestra contemplación.
entre excelentes haikús, esas tomas bellísimas y oportunas
ResponderEliminarbien lo tuyo, saludos
¿Estás asomado a mi ventana?
ResponderEliminarLos haikus son una bella pero difícil expresión. Reflejo de una inocencia perdida. Sigo buscando.
ResponderEliminarSaludos, ELArte.
Emejota, creo que nos extasiamos ante lo que merece la pena extasiarse. Ventanas las que tenemos que dejar abiertas siempre.
ResponderEliminarBien por la vorágine de esa cabecera del brasero.
Te doy la bienvenida como seguidor de mi blog, agradezco mucho tu visita. Compartimos el placer por la brizna poética del haikú.
ResponderEliminarHe visitado tu blog y me ha gustado mucho. Ahora, por una temporadita estaré ausente de la actividad bloguera pero, pasado el frío de este invierno, prometo salir de la hivernación y visitarte con frecuencia.
Salud
Francesc Cornadó
he visto un cielo así...siempre miro hacia arriba. Saludos
ResponderEliminarFrancesc, bienvenido. Disculpa mi tardanza en contestar. El haiku es digno de ser coparticipado. Nada fácil de escribir (lo mío no dejan de ser ejercicios) y el haiku ante todo es un abandono. Cuando leo los clásicos del haiku me paro y dejo que me haga sentir. Puede ser un instante, pero lo suficiente. Nada fácil. Pero como la fragancia de una flor, es cogerla en el momento justo.
ResponderEliminarTe estaré esperando tras tu hibernación. Saludos.
Ese cielo me parecía un haiku, Emma. No se ven todos los días, al menos desde mi espacio, por eso me postro ante él y, a mi manera, lo adoro.
ResponderEliminarEstá bien mirar siempre hacia arriba. Incluso mirando al entorno, en el plano de mis ojos o hacia abajo, lo hago con sentido de elevación. Todo debe ser digno de ser alzado a nuestra contemplación.
Gracias.