he querido enviarte un collar de haikus cuyo destello final fuera alusivo a la imagen del post, una mutación creada por enlaces de sentido desde el primer poema, que no estaba conectado con la fotografía. Estoy empezando a escribir haikus y me siento hermanado con lo que haces. Considera estos haikus una muestra de sintonía, mutuo trenzado de luces que nos ciegan a través de las hojas, nuestro temblor. Ambos compartimos la búsqueda de su origen, un sol común.
Anónimo. Obviamente te agradezco ese collar de haikus y tu sintonía. Escucho tu explicación y te la agradezco también. Me alegro practiques el haiku, cuyo resultado no es fácil, aunque parezca que estructurar una forma ya es hacer un haiku. Yo no lo logro. Siempre me quedo insatisfecho. Pero hay que ejercitarse. Gracias.
Compartimos la búsqueda y, por ende,la insatisfacción. De algún modo,la gracia de nuestra lengua parece evadirse en este molde que está como cortado a katana, por dar una referencia típica de donde nos viene (alguien comparaba su forma, su esencia, más acertadamente, con la de un puñal). El kanji o ideograma japonés de seducción representa una espada y una boca. Estamos subyugados por su influjo, aunque a veces no sepamos si el filo nos demanda silencio en vez de separarnos los labios.
Cruza este muro
ResponderEliminarun viento que nos nombra.
Mente exhalada.
Bienvenido, OP. Obviamente, donde hay luz se mueve el viento.
ResponderEliminarGracias por el haiku.
Cruzando un muro,
ResponderEliminarla luna sobre el trazo
de nuestros nombres.
La luna blanca
ResponderEliminarsobre el muro trazado
con nuestros nombres
Salto un riachuelo
ResponderEliminarcon la luna -aunque ella
también el orbe.
Oscureciendo
ResponderEliminardonde las letras dicen
"mundo de niebla".
De amanecida
ResponderEliminartodo el sol va manando
a un tronco de arce.
Hola,
ResponderEliminarhe querido enviarte un collar de haikus cuyo destello final fuera alusivo a la imagen del post, una mutación creada por enlaces de sentido desde el primer poema, que no estaba conectado con la fotografía. Estoy empezando a escribir haikus y me siento hermanado con lo que haces. Considera estos haikus una muestra de sintonía, mutuo trenzado de luces que nos ciegan a través de las hojas, nuestro temblor. Ambos compartimos la búsqueda de su origen, un sol común.
Saludos: katsu!
O.P. Gracias.
ResponderEliminarAnónimo. Obviamente te agradezco ese collar de haikus y tu sintonía. Escucho tu explicación y te la agradezco también. Me alegro practiques el haiku, cuyo resultado no es fácil, aunque parezca que estructurar una forma ya es hacer un haiku. Yo no lo logro. Siempre me quedo insatisfecho. Pero hay que ejercitarse. Gracias.
ResponderEliminarCompartimos la búsqueda y, por ende,la insatisfacción. De algún modo,la gracia de nuestra lengua parece evadirse en este molde que está como cortado a katana, por dar una referencia típica de donde nos viene (alguien comparaba su forma, su esencia, más acertadamente, con la de un puñal). El kanji o ideograma japonés de seducción representa una espada y una boca. Estamos subyugados por su influjo, aunque a veces no sepamos si el filo nos demanda silencio en vez de separarnos los labios.
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