Gracias, A, Poco, salvo este homenaje a los que sufren las consecuencias de la naturaleza física y humana. Los arrastrados por la furia de la Tierra y por la avidez de los modelos económicos.
También podemos hacer otra cosa: generar debate sobre la nuclearización del planeta y tomarnos en serio el tema, antes de que sea demasiado tarde.
De acuerdo contigo, María José. Es la contundencia de lo frágil, de lo sensible, de lo evanescente. Una forma quintaesenciada para procurar expresar el destello de lo sorprendente.
Gracias, Carmen, es lo mínimo que rendir con la desgracia de aquella gente. Sobre todo por parte de quienes siempre hemos sentido la llamada de su cultura.
Qué hermoso...
ResponderEliminarTan breve como profundo.
Saludos,
Ana.
Gracias, A, Poco, salvo este homenaje a los que sufren las consecuencias de la naturaleza física y humana. Los arrastrados por la furia de la Tierra y por la avidez de los modelos económicos.
ResponderEliminarTambién podemos hacer otra cosa: generar debate sobre la nuclearización del planeta y tomarnos en serio el tema, antes de que sea demasiado tarde.
Homenaje. Gracias por pasarte.
Me uno a este homenaje que hoy celebramos también otros blogs. El haiku posee la contundencia que otras estrofas no tienen.
ResponderEliminarDe acuerdo contigo, María José. Es la contundencia de lo frágil, de lo sensible, de lo evanescente. Una forma quintaesenciada para procurar expresar el destello de lo sorprendente.
ResponderEliminarNada fácil, por cierto; al menos para mi.
Un abrazo.
Qué bonito y evocador...
ResponderEliminarUn beso,
Gracias, Carmen, es lo mínimo que rendir con la desgracia de aquella gente. Sobre todo por parte de quienes siempre hemos sentido la llamada de su cultura.
ResponderEliminarUn beso.